Os juro que todo esto es verdad por increíble que parezca, y yo que lo creía ya acabado, me veo ayer en una nueva situación.
Había quedado con Raúl en la puerta de la Fnac de Plaza Cataluña a las 19'00 para ir al cine con él y unos amigos suyos. Como es costumbre en mi, llegué antes de tiempo.
Decidí sentarme en un banco del interior de la plaza a esperar.
Un 'paki' cuarentón pasó dos veces mirándome, pero dentro de lo normal. Al rato, el sitio a mi lado queda libre al marcharse un matrimonio y se sienta él. Ni por asomo podía pensar yo en lo que sucedería después.
Se puso a preguntarme si yo vivía en Barcelona, para romper el hielo. Y me dijo que la gente se asusta cuando alguien de otro color se sienta al lado. Hasta ahí bien. Hablamos de cómo son los catalanes, del miedo y la desconfianza hacia lo desconocido, la conversación era interesante para acabar de conocernos minutos antes.
Hasta que me dijo que días atrás había conocido en ese mismo banco a un chico filipino, que se dieron los teléfonos y que ya no le coge las llamadas.
Me dice que el filipino le llevó a su piso y 'me dijo para follar'. Yo me quedé de piedra y pensé 'este me va a contar que los españoles estamos corrompidos o algo de esto'. Pero seguidamente me dice 'no tenía pelo, y bien'.
Inmediatamente pensé '¡mierda! ¡este viene a por mi!'.
Empezó a decirme una retahila de cosas obscenas, con lo normalito y heterito que parecía, y yo me fuí sintiendo muy violento...pero no ya por él, sino porque era la gota que colmaba esta semana 'sexy', por llamarla de alguna forma.
Yo pensaba 'pero Señor, ¿que coño tengo yo estos días para atraer a la gente de esta forma?'.
El paki me dice que a él lo que le gustaba era que se la ch..... y f...... al otro. Ahí ya salté yo y le dije 'claaaaaaaaro claaaaaaaro....vosotros los de Pakistan e India sois todos iguales, queréis que os coman la entrepierna y luego echar un polvo, pero vosotros dar placer al otro nada. Qué frescos'.
Al ver mi resistencia me preguntó qué me gustaba (antes, por cierto, me había dicho si yo podía llevar gente a casa....vamos...estaba caldeaíto). Le dije que a mi me gustaba el amor y la vida. Se quedó a cuadros.
Todavía faltaba 10 minutos para las siete y yo ya no podía más en aquel banco con el paki tratando de sortear mis negativas. Me levanté y me fuí a la puerta de la FNAC, con el pulso acelerao.
Me apoyé en la pared entre la puerta y un escaparate.
En una esquina, un chico me miraba. Pensé que era uno de los amigos de Raúl que trataba de reconocerme, pero no, me miraba y me miraba. ('Diosss!' pensé). Mire al otro lado. Un chico que miraba el escaparate me miraba de vez en cuando y no acababa de irse de allí.
Os juro que pocas veces me he sentido tan agobiado. Por dentro decía 'Raúl ven pronto o se me declarará media Barcelona'.
Cuando por fín llegó, le dí dos besos y le dije algo así como 'nunca me había alegrado tanto de verte', o 'no sabes cuanto deseaba que llegaras'. Él se extrañó y se lo conté todo. Y alucinó igual que yo.
La semana 'sessy' no parece tener fin. Y ahora porque es un asqueroso domingo de temporal, con lluvia y viento desde la madrugada, nadie en la calle....porque si llega a ser un día radiante de sol y salgo a pasear...¿que más me hubiera pasado?.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario