Hoy 18 de septiembre es una efeméride ciertamente especial para mi y significativa en mi vida.
Hoy, hace justo 2 años, un tal Manué arribaba a Barcelona por unos días para buscar trabajo.
Venía de estar una semana en Madrid con el mismo fin, aparte de estar con aquel madrileño que era aspirante a mi hombre perfecto...pero eso es otra historia, jejeje.
Desembarqué en Barcelona y lo primero fue llevar el curriculum a la empresa para la que hacía trabajos de marketing el novio de un (entonces) amigo mío, que me había dicho que siempre buscaban personal.
Y me llamaron a los pocos días, cuando estaba en Huelva.
Y me contrataron.
Y allí sigo.
A pesar de que yo prefería Madrid por la cercanía y el idioma, el destino fue caprichoso y me envió a la capital de los catalonios. Y nunca se me ha pasado por la cabeza cuestionar si la decisión fue acertada o no.
De todo saco siempre lecturas positivas, y por difíciles que hayan sido (y sigan siendo) las relaciones sociales en esta ciudad, me ha aportado otras muchas cosas geniales...o casi.
Hace dos años puse fin a una larga, interminable etapa de mi vida donde todos decidían y malmetían, y que me consumía terriblemente.
Mirando mi primer blog hace un instante, he leído una anotación que puse por enero de 2006...9 meses antes de dar el gran salto.
Por lo que escribí, estaba harto, muy harto, casi vencido, y con ganas de romper con todo. No sabía entonces que lo acabaría haciendo por fin con la llegada del otoño.
Hé aquí lo que escribí, fundamental para hacerse una idea de cómo me encontraba de desdibujado y agónico:
18 enero 2006
EL RESULTADO DE LA ECUACIÓN
Me han animado a seguir escribiendo, por caro que me resulte el ciber hoy. Quizá necesite encontrar donde volcar mis palabras sin que el eco de la incomprensión me las devuelva.
Cuando por quimeras del destino se unen toda una serie de fatalidades (que por separado no pasarían de meras anécdotas o hechos circunstanciales) y éstas te sorprenden solo y desarmado, como un buque en dique seco...es hasta cierto punto comprensible que me haya desinflado por completo.
Como nadie las sabrá todas, no necesito esforzarme para que me comprendáis...a este respecto me da absolutamente igual.
Tengo que volver a asumir el papel de Ave Fénix que tantas veces he encarnado. Tengo que pensar que "aquí no ha pasado nada" y hacer como si así hubiera sido...sumando nuevas cicatrices, nuevos estigmas con los que tratar de vivir hasta que los pueda lastrar ascendiendo a la estratosfera personal.
Tengo que escuchar de boca de los ignorantes que todo lo exagero o que le doy una dimensión mayor a cosas que no lo son tanto. ¿Que sabrás tu, hábil pasota, de toda la mierda que llevo comida en tan sólo un año?.
Estoy perdido en medio de un laberinto, de un dédalo de callejuelas por entre las que me salen aprovechados, ninguneadores, ignorantes por comodidad, pobres sucedáneos de amigos, embaucadores y rematadores...esos que llevan la puntilla deseando clavármela entre las cervicales para desangrarme del todo y asistir todos en fiesta a la debacle total de un ser humano. Un ser humano que, hasta hace algún tiempo, era todo sonrisas, bondad, diversión, ayuda, oído, corazón, y al que entre todos están convirtiendo en una gélida sombra de lo que un día debió ser y quien sabe si volverá a serlo.
Últimamente he pensado...¿cómo es posible que entre unas personas puedan cambiar a otra a costa de decirle palabras crueles y hacerle creer que no vale nada para nadie? ¿hasta qué punto pueden convencer una serie de locos de que está enferma precisamente la única persona cuerda de los contornos?.
¿Por qué optamos por degradar a alguien, herirle y apuntillarle cuando es mucho más fácil respetarle y comprenderle? ¿por qué preferimos forjarnos una idea distorsionada e inamovible de alguien en vez de conocerle en profundidad?
Demasiadas personas intentan sepultarme con una pesada lápida y no hacen mas que apartarme del rumbo correcto, de la estela que seguía un chico llamado Manuel Angel Serrano, que quería arreglar el mundo, encontrar el amor, disfrutar de la amistad, hacer el bien y enderezar su vida encontrando empleo y abandonando para siempre un lugar maldito.
No voy a negar que yo, con mi actitud sensible y antaño pesimista, he colaborado a veces para mi propia debacle...pero cuando he luchado con fiereza, solo he encontrado abandono y desprecio. Pocas veces me he sentido apoyado en algo, pocas veces he sentido el respaldo de alguien...sigo teniendo que caminar solo, con los piés llenos de callos, los dedos asomando por las sandalias y el corazón frío y resquebrajado...con el viento frío atenazando el rostro y con la única ayuda de mi escasa energía positiva.
De nuevo debo seguir caminando sin ningún bastón, enmedio del diluvio, del frío y con una legión de salteadores de caminos. Y no sé qué vereda tomar...me encuentro perdido y solo...pero ahora es cuando voy a renunciar a cualquier ayuda, por su demora, y voy a liarme la manta a la cabeza. Con las nulas energías que me quedan voy a empezar a tomar drásticas decisiones...y a quien no le guste, que se joda.
Sólo espero que me acompañe la suerte...demasiado esquiva conmigo.
Y cuando consiga enarbolar la bandera del camino correcto, quizá aflore de nuevo aquel Manuel romántico, risueño, dulce y guerrero que ahora dormita en algún rincón de mi ser...dormitando el sueño de la injusticia.
posted by Manué at 11:30 AM | 0 comments
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