Está tan reciente mi viaje a Flandes (¡por fín!), que se me amontonan las sensaciones y las ideas y no podría describirlo con claridad.
Por encima os puedo decir que en Bélgica es de los países donde más barato y a gusto he comido, que los hombres (sean rubios o hijos de inmigrantes árabes) son guapísimos (aunque bien pensado...¿de qué sirve la belleza salvo para alegrar la vista?) y las ciudades, quitando Bruselas, son verdaderas joyas, algunas de cuento de hadas.
Nos hizo un tiempo magnífico (sol y calor los tres primeros días), nos apañamos muy bien con la red de trenes, visitamos 4 ciudades, montones de iglesias, catedrales y museos, y nos reímos tanto tanto que el estómago me dolía.
He vuelto ligeramente más gordito...al menos la tripita, porque en Bélgica se hacen las mejores patatas fritas del mundo, en una calle de Bruselas puedes comerte el mejor gofre que hay sobre la faz de la Tierra, y en todas las ciudades los chocolates (sean en tableta, o a la taza) y los bombones son exquisitas locuras.
Acabo de bajarme todas mis fotos...y estoy hecho un gran fotógrafo, pese a que muchas las hice con prisas o a escondidas y con alevosía (templos, museos). Me han salido muchas muy bonitas...pero si tengo que poner una o dos que resuman el valor artístico de este viaje y su belleza, serían estas, ambas de Brujas (espero que os gusten):
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